Wikipedia tiene un buen artículo sobre el Protocolo de Kioto:
El Protocolo de Kioto sobre el cambio climático2 es un protocolo de la CMNUCC Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático , y un acuerdo internacional que tiene por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global: dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados: Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y Hexafluoruro de azufre (SF6), en un porcentaje aproximado de al menos un 5%, dentro del periodo que va desde el año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990.
La realidad
Bueno, esa era la intención. Lo que ha sucedido en realidad ha sido:
- Muy pocos países han conseguido reducir las emisiones de CO2
- Se creó un mercado de “aire limpio”, en el cual los países que excedían en sus emisiones de CO2 compraban “no emisiones” a los países que sí cumplían. Un anglosajón diría que literalmente hemos creado un mercado “out of thin air“. Yo lo completaría con un “out of thin clean air”
En cuanto al primer punto, hay que destacar que España es uno de los países más idiotas del Protocolo de Kioto: asumimos unos compromisos irrealizables, a los que en realidad nadie nos obligaba, y en lugar de abandonar el Protocolo, como hicieron el resto de países que no iban a cumplir (Estados Unidos, Canadá, etc), seguimos y hemos pagado y vamos a pagar un dineral.
En cuanto al segundo punto, en realidad los países “contaminadores” no están comprando a países “limpios”, sino (mayoritariamente) a países subdesarrollados, que simplemente no contaminan más porque no tienen industria, no porque su industria sea eficiente.
¿Y España?
España ha fracasado absolutamente en todo: no hemos cumplido con las emisiones, y en lugar de abandonar, seguimos porque somos “buenrrollistas”, y como consecuencia vamos a pagar unos 800 millones de euros por el periodo 2008-2012.
Ya es demasiado tarde para ahorrarnos esos 800 millones de euros (la fecha límite era el 31 de diciembre de 2011), pero lo que sí podemos hacer “darnos de baja” del “club post-Kioto“.
¡Contaminador! ¡Antiecológico! ¡Asesino de la Naturaleza!
Para el carro.
Me gustaría que cumpliéramos con Kioto, con Durban y con Bali, pero ya que no vamos a poder hacerlo, y ya que tenemos la economía hecha trizas, lo mejor es que nos borremos y que lo hagamos lo mejor que podamos.
Y sin pagar estúpidas sanciones autoimpuestas.
Prefiero destinar esos 800 millones de euros a mil cosas más importantes.
Hola Pau,
sólo dos cosas:
i) el mercado de “aire limpio” ha implicado el desarrollo de tecnología que ha supuesto en cuanto a PIB una barbaridad más que los 800 M€ de costes asociados a compra de emisiones.
Ese argumento es equivalente a cuando Rajoy dice que cumplirá con su compromiso de reducir el déficit y resulta que no se da cuenta que los recortes implican también menos ingresos.
ii) La compra de derechos a países “subdesarrollados” no se hace sobre una determinada cuota que tengan ellos y de la que les sobran derechos que pueden vender por no tener industria. Lo que se hace es calcular el ahorro de emisiones de un determinado proyecto comparando la eficiencia de este proyecto sobre una “linea base” consistente en su nivel de emisiones.
De todos modos, con esos 800 M€ no pagas ni una ampliación de aeropuerto.