Dice la SGAE que las ventas de CDs en el top manta están acabando con las ventas legales en tiendas. En el top-manta un CD cuesta 3 euros. A cambio se obtiene un CD grabado, con una funda de plástico cutre y una fotocopia de mala calidad en blanco y negro.
Y digo yo, ¿a nadie se le ha ocurrido aprovecharse de eso legalmente?
En mi opinión, el éxito del top-manta no es tanto el precio (3 EUR) como la penetración: hay vendedores del top manta a docenas, y además siempre están en los lugares en los que más “vulnerables” a la compra somos: paseos, zonas comerciales, zonas de ocio-pubs-y-discotecas, etc. Cuando uno camina por esos lugares, ya anda predispuesto a sacar la cartera y gastarse unos euros. Si va con la novia, más todavía. Y claro, con tanta saturación de manteros exhibiendo discos, la gente acaba picando y comprando. “Compra impulsiva” se llama en la jerga del marketing. Es lo mismo que hacen los supermercados e hipermercados, Wal-Mart incluso tiene una lista de los 200 CDs que en cada momento debe poner para que la gente ejerza su predisposición a la compra impulsiva.
Las discográficas podrían intentar aprovechar esa penetración para vender versiones “recortadas” de los discos. Podrían vender la versión “normalita” de un disco, sin DVDs extras, sin libreto, simplemente con una portada en color, a 5 ó 6 EUR y la gente lo compraría. Los retos a los que se enfrentan para que esto sea posible son una distribución eficiente y gastar menos en publicidad, para que los precios finales puedan ser bajos. Haciendo matemáticas, los números salen: se gana menos por disco, pero se venden más discos. Además, se consigue que la gente compre discos legalmente.
El objetivo último debería ser barrer por completo las mafias que venden los discos ilegales, conseguir que los manteros corten sus lazos con las mafias. A los manteros no les hace ninguna gracia trabajar para las mafias: las mafias juegan sucio (lo de partir piernas no es cosa de películas, pasa en la realidad) y si hay que salir corriendo porque viene la Policia y hay que dejar la manta, hay que pagarle los discos a la mafia. Por poco que se gane vendiendo un disco legal en top manta a 5 EUR, el beneficio es doble: se vende un disco legal, se deja de vender un disco ilegal.
Y cuando digo 5 ó 6 EUR, quiero decir 5 ó 6 EUR, ni un céntimo más. No hagan como los genios de Telefónica, que han decido vender películas para descargar por Internet a 20 EUR por película, en calidad VHS y sin extras.
Obviamente, podría suceder que todo siga como hasta ahora y que la gente siga comprando discos piratas en el top manta, pero creo que poniendo en una balanza lo que se puede perder (unos cuantos millones de euros en el diseño y lanzamiento de la estrategia) y lo que se puede ganar (la continuidad de la industria discográfica tal como la conocemos), el beneficio supera con mucho al riesgo.
El único punto débil de todo este razonamiento es que muchos manteros son inmigrantes ilegales, sin permiso de trabajo ni residencia, así que no podrían conseguir el permiso para la venta ambulante. Estoy seguro, sin embargo, que los abogados de la SGAE, curtidos en mil batallas, sabrían encontrar una solución a ese problema.
Eso que propones es inviable porque a la larga compromete el negocio de las tiendas de discos, los manteros no son vendedores regularizados (permiso de residencia, permiso de venta, alta en la seguridad social, seguro, impuestos, contrato, factura, etcetera) y los ayuntamientos no dejan hacer venta callejera en cuanquier parte de modo legal. En definitiva, regularizar la situación del top mantero, a parte de inviable, implicaría que su negocio no fuera tan rentable haciendolo en un modelo de negocio con alto grado de fracaso.
Lo que tienen que hacer es adaptarse a los nuevos tiempos como todos los negocios, y dejarse de robarnos por no saber competir en los mercados actuales. Claro que sobre todo, lo que deberían hacer es producir música y no bazofia para que la gente que no tiene lavados de cerebro diarios escuchando emisoras mediocres de promoción de nuevos productos musicales (los 40 principales, máxima fm, y todas esas) se interese por su producto.
En el fondo, el problema de si los manteros tienen licencia de venta ambulante, permiso de residencia, permiso de trabajo, etc no afecta a la SGAE ni las discográficas. Es un inconveniente fácil de sortear.
Una forma sencilla que se me ocurre de evitar ese problema, con algo de cara pero completamente legal, es que los manteros vayan a un punto de distribución y compren los CDs legalmente (que es más o menos lo que hacen ahora, pero en vez de ir a un punto de distribución legal van a un punto de distribución de la mafia que les explote). Una vez tienen una montaña de CDs legales, cómo, dónde y a quién le vendan esos CDs no es problema de la discográfica ni de la SGAE: son CDs legales y con el sello de autenticidad de la SGAE. Igual podrían estar vendiéndose en un puesto legal de un mercadillo, con la licencia de actividad, que en un top manta sin licencia de actividad. Por ejemplo, los típicos puestos de bisutería que se ponen en los paseos y zonas de ocio tienen licencia de actividad y una penetración similar al top manta, así que mi idea sigue siendo totalmente válida y en ese caso, legal.
Imagínate el caso de un tendero tramposo: tiene licencia de actividad de una tienda, le compra a la discográfica discos como si fueran para una única tienda, y luego resulta que tiene tres tiendas. No es problema de la discográfica que haya dos tiendas sin licencia de actividad, eso es cosa del vendedor.
Otra cosa serían los problemas con el IVA, etc, pero de nuevo, son problemas para el vendedor, no para la discográfica.
La idea de usar el top manta para distribución no nace de ahorrar en impuestos, sino de aprovechar una red de ventas con una capilaridad espectacular.
Això que dius ja existeix: dijous passat, a la FNAC de València, vaig veure edicions “bàsiques” de molts discs novedosos (no edicions rebaixades de preu de discs que ja tenen uns quants anys). La funda és híbrida cartró-plàstic (portada-suport del CD) i només va el disc sense llibret ni cap “extra”. El preu era d’entre 5 i 6 €.